
La realidad del chemsex y sus riesgos: un llamado a la conciencia
En los últimos años, España ha sido testigo de un preocupante aumento en el consumo de drogas sintéticas como la mefedrona y la ketamina, especialmente en el contexto del chemsex. Esta práctica, que combina el uso intencionado de sustancias con encuentros sexuales prolongados, ha generado serias alarmas en el ámbito de la salud pública.
El chemsex no solo pone en riesgo la salud física de quienes lo practican, sino que también incrementa la probabilidad de contraer infecciones de transmisión sexual (ITS) y otras enfermedades graves. El uso compartido de jeringuillas y utensilios de inyección, una práctica común en el slamsex, eleva exponencialmente el riesgo de infecciones como el VIH, la hepatitis C y bacterias que pueden causar abscesos, celulitis o incluso infecciones sistémicas mortales. En casos extremos, se han reportado amputaciones de extremidades debido a infecciones severas.
Más de la mitad de las personas que practican chemsex no usan preservativo, lo que aumenta mucho el riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual (ITS). Aunque existen medicamentos que ayudan a prevenir el VIH antes o después de una posible exposición, el virus puede cambiar y volverse resistente a estos tratamientos, lo que puede tener graves consecuencias para la salud.
Reconocer la práctica del chemsex y buscar ayuda puede ser un desafío para muchas personas debido al estigma social y la dificultad de abordar el tema. Sin embargo, es fundamental promover una sexualidad segura y satisfactoria que priorice el cuidado de la salud.
En Proyecto Hombre Alicante, mantenemos nuestro compromiso con la sensibilización y el apoyo a quienes enfrentan estas situaciones. Si tienes dudas o necesitas más información, no dudes en llamarnos. Desde nuestra entidad, te acompañaremos construyendo un camino hacia una vida más saludable y plena.